Se entiende la
Técnica de Dirección como el Conjunto de Contenidos Conceptuales,
Procedimentales, Actitudinales y Espirituales que nos posibilitan alcanzar los
objetivos de dirección: NO SÓLO SON GESTOS,
SINO TODO LO QUE NOS PERMITA ALCANZAR NUESTROS OBJETIVOS.
Muchas
Escuelas de Dirección pueden explicar de forma teórica y científica cómo hacer
las cosas; pero en la Técnica de Dirección, como en otras muchas actividades
humanas, no siempre lo lógico y científico es lo que funciona y da resultado:
la experiencia de un Maestro no teórico sino ejercitado en la práctica y en el ejercicio
diario de su profesión.
Los primeros
directores, si los podemos llamar así, se limitaban a marcar la pulsación dando
golpes con la mano sobre el facistol. Más adelante lo hicieron golpeando con un
bastón o una caña sobre el suelo, pero, como escuchar esos golpes era sumamente
molesto, se optó por enrollar una hoja de papel y teniéndola asida por el
centro, con simples balanceos se marcaba el tiempo. Más tarde estos procedimientos
se sustituyeron por los brazos del director y para que éstos fueran más
visibles ante las grandes masas orquestales, se prolongó uno de los brazos con
la ayuda de la batuta.
Desde el
nacimiento de la figura del director hasta hace unas pocas décadas la persona
que desarrollaba la función de dirigir era uno de los componentes de la
orquesta o grupo coral, casi nunca se acudía a músicos ajenos a ella. Hoy, en
cambio, se elige a personas altamente cualificadas que se hacen cargo de las
agrupaciones musicales durante un período de tiempo más o menos largo; a éstos los
llamamos directores titulares, y para series de conciertos específicos se
cuenta con la figura de los directores invitados.
Dado el
elevadísimo coste “monetario”, de tiempo y de personal que implican los
montajes de los diferentes conciertos o espectáculos musicales, hoy se
necesitan directores que con una técnica depurada sean capaces de hacer
funcionar a cualquier tipo de orquesta o coro empleando un reducidísimo
número de ensayos. Esto también es aplicable a la enseñanza musical, un maestro
con unas nociones básicas sobre la dirección musical tiene la posibilidad de
conseguir buenos resultados sin emplear más tiempo y esfuerzo que el necesario,
y sin necesidad de ampliar el número de ensayos.
FALSAS
CREENCIAS
-El Direct@r
debe Dirigir siempre con Gestos Precisos.
-El Direct@r debe Dirigir siempre con Gestos Claros.
-El Direct@r debe dar Todas las Entradas.
-El Direct@r Debe Dirigir todos los compases
-El Direct@r Debe Dirigir siempre “a tempo”.
-Los músicos
deben seguir siempre al Direct@r.
-El Direct@r debe dirigir siempre con Gestos Activos.
-La Música
sale sólo con marcar todo Claro y Preciso.
-La
Interpretación final debe estar establecida de manera apriorística.
-Todo hay que
interpretarlo “según el estilo y la tradición”.
-No existen
Leyes Universales de la Música que puedan ser aplicables a cualquier obra.
-Sólo es
necesario mi presencia “Mágica” para que brote la música por doquier.
Nota: ¿Alguna
persona razonable puede creer que un Direct@r es mejor que otro por marcar
mejor los compases y dar mejor las entradas?
Porque un directivo en una empresa determinada o un Direct@r de orquesta NO SON
GUARDIAS DE TRÁFICO, ¿VERDAD?...
Para terminar, varias reflexiones:
-¿Creéis, realmente, que la superabundancia de gestos, muchos inútiles,
tienen un efecto positivo en la interpretación de los dirigid@s?
- No olvidemos nunca que un auténtico Direct@r da siempre una sensación de
armonía y equilibrio que, sin duda, se traduce en aplomo y seguridad para los
dirigid@s.
Porque todo es sinónimo de Claridad
